Rugelach
- mpastorj9
- Nov 23, 2024
- 2 min read
Estos dulces tan deliciosos y adictivos los probé por primera vez en casa de mi amiga Paloma, (ya os comenté en varias ocasiones que es una excelente cocinera). Vaya por delante que me fascinaron. La receta provenía del recetario familiar de su amiga Nancy, americana de origen judío.
Años después encontré la misma receta en un bonito libro americano de cocina de la editorial Phaidon, titulado "Breakfast, lunch, tea" y que hace un recorrido por los deliciosos productos que se pueden encontrar en el obrador/cafetería/restaurante parisino "Rose bakery". También aquí lo describen como un dulce típico judío.

Ingredientes para unas 15 piezas:
Masa:
150 gramos de mantequilla, a temperatura ambiente
150 gramos de queso cremoso tipo Philadelphia
Una pizca de sal
Una cucharada de azúcar
220 gr de harina tamizada
Tres cucharadas de mermelada de albaricoque para pintar la masa
Relleno:
50 gr de azúcar
2 cucharaditas de canela
3 cucharadas de mantequilla derretida
160 gr de pasas
100 gr de nueces troceadas menudas.

Como habréis podido observar, la masa lleva bastante mantequilla y queso de untar. Y sin embargo, muy poco azúcar.
Es muy conveniente que la masa se refrigere en la nevera antes de estirarla y hacer los rollitos, al menos durante dos horas. Si se puede preparar el día anterior al horneado, mejor. El resultado es mucho más hojaldrado, no sé si será por la fermentación del queso con la harina.
Procedimiento:
Para empezar, batiremos la mantequilla con el queso para conseguir una crema. A ella le añadiremos la pizca de sal, el azúcar y la harina tamizada. Trabajaremos bien para conseguir una masa suave.
Le daremos forma de rectángulo, la envolveremos en plástico de cocina y la llevaremos a la nevera. Debe estar allí al menos dos horas. Recordad que puede prepararse la víspera.
Transcurrido este tiempo, la sacaremos y la estiraremos hasta conseguir un rectángulo mayor, de unos 40 por 15 cms y de un grosor de medio centímetro. Pintaremos la superficie con la mermelada y la espolvorearemos con la mezcla de nueces, pasas, azúcar y canela. Incrustaremos los frutos secos en la masa con ayuda del rodillo.

Procederemos a enrollar el rectángulo y formar un rulo que debe volver a enfriarse durante una hora, cubierto con plástico.
Transcurrido este tiempo, lo cortaremos en rodajas de un centímetro y medio de grosor más o menos.
Dispondremos las porciones sobre una bandeja de horno cubierta con papel. No es necesario separar las piezas entre ellas, pues apenas van a crecer.
Se pueden pintar con yema de huevo y agua, para que queden más brillantes.

Los hornearemos a 180 grados durante 20 o 30 minutos, hasta que doren.

Tanto la receta de mi amiga Paloma como la mayoría de recetas que se encuentran online presentan este dulce en forma de pequeño croissant, pero el libro que os mencioné los propone como aquí los veis, en forma de rollitos, y así los he preparado para las fotos.
¡Espero que os haya gustado!
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