Pesto

El pesto es una deliciosa y sencilla salsa italiana que sirve para acompañar por sí sola y con gran éxito un humilde plato de pasta. Su base de albahaca le confiere un aroma irresistible.

Yo lo empleo también para aderezar unos lazos de pasta que acompañados de aceitunas negras, tomates cherry, queso mozzarella y unas hojas pequeñas de espinaca constituyen una de las ensaladas de pasta favoritas en casa.

Para su elaboración vamos a necesitar simplemente cuatro ingredientes y un mortero o picadora. La palabra "pesto" significa pisado, y no es más que un majado, sencillo de elaborar y muy resultón.

Ingredientes:

• Un buen manojo de albahaca fresca, lavada y secada (unos 50 gr)

• 40 gr de piñones

• 50 gr de queso Parmesano rallado, o Grana Padano

• 100 ml aceite de oliva

• Una pizca de sal, (poca porque el parmesano ya es un queso bastante salado).

Hay quien le añade un diente de ajo, pero a mí me gusta sin él.

En cuanto al queso, yo lo rallo en casa, le encuentro más sabor.

La albahaca conviene secarla después de sacudirle el exceso de agua. Yo utilizo papel de cocina y trato de secarla sin apretarla demasiado. Sus hojas son bastante delicadas y ennegrecen fácilmente. Conviene preparar el pesto nada más lavar y secar las hojas.

Pondremos la albahaca, los piñones y el queso en un mortero o en una picadora, y procederemos a su machacado o picado. El aceite lo incorporaremos justo después, sin dejar tiempo a que se oxide la albahaca, lo que la hace menos apetitosa. El hecho de cubrirla con aceite la protege.

A mí me gusta guardar la salsa en un recipiente estrecho, minimizando la superficie en contacto con el aire. Aguanta bien varios días en la nevera.

Animaros a prepararla, el resultado no tiene nada que ver con ninguna salsa pesto que podamos

comprar envasada.

Espero que sea de vuestro agrado.